2. JORDO

14 de febrero de 1956

Ese día comenzó todo, Jordo Onro que se encontraba en una de las 4 siestas que toman los O, cuando fue despertado por el rugir de un temible toconótilo, quien mirándolo a los ojos le dijo “buenas tardes mi querido aperitivo” (en realidad el animal no hablaba pero hubiese sido algo muy loco de ver y de escuchar). Fue un segundo, fue un instante de lucidez que le permitió a Jordo escapar de las terribles fauces de este animal que no hablaba pero que de haberlo hecho lo hubiese insultado de tal manera que toda la aldea hubiese huido hacia la civilización (usted haría lo mismo si su almuerzo sale corriendo). Su pequeña y monótona vida paso en frente de sus ojos mientras decidía que rumbo tomar, sin remedio pero con alivio se deshacía de su pasado, fútil existencia, exquisita paz, para lanzarse a vivir nuevas aventuras, es decir, el animal se encontraba en dirección a la aldea y no quedó otra que salir corriendo hacia la civilización.

“Pobre Jordo” pensara su hijo, 30 años después al imaginarse el sufrimiento de su padre al dejar a su mujer y a sus otros hijos.

Jordo no vacilo un segundo, salió corriendo saltando troncos que no estaban en su camino, esquivando alimañas que solo se encontraban en su imaginación, sosteniendo una carrera contra el tiempo, carrera que ya había sido ganada por un primo lejano, y así corrió los 40 km. que separan a la aldea de los O de la civilización. Al llegar a su destino incierto, las personas que se encontraban a la salida de la selva, personas que, ya habituadas a las “escapadas” de los hombres O, vivían de este comercio que crecía a medida que aumentaba la tasa de natalidad de la aldea O, el poder adquisitivo de estos pequeños empresarios de la calle dependía de la voluntad de los O para atravesar la selva, voluntad que los hombres civilizados nunca tuvieron, ya que se decía que la selva revelaba los miedos más terribles escondidos en una persona, era eso o que los hombres simplemente no tenían ganas de cruzar 40 km. de selva, y así estaban bien ¿Por que molestarse?
El primero en interceptar a Jordo fue el Constructor Balbas, le “ofreció” trabajo como “Encargado General en el Área de la Disposición de Ladrillos de Una Forma u Otra”. Jordo no sabía el idioma pero entendió y aceptó el ofrecimiento ya que Balbas tenía en sus manos un ladrillo y una pala y una sonrisa en la cara.
Como todo O sabía mucho acerca de ese trabajo legendario y acepto subiendo a su camión. En su aldea era “Gerente en el Buen Desempeño y Traslado de Objetos Duros Grises de un Lugar a Otro Donde se Construye una Presa” o como comúnmente se conoce en la aldea de los O un Oton. Y así fue como Jordo consiguió su primer trabajo, rápido y de pedo, la fortuna estaba de su lado.