Hubo una vez un O, el más inteligente, el más sabio, el más consultado, un
ser cuya opinión era respetada por todos los habitantes de la aldea. Pero
poseía un solo defecto, era extremadamente lento. Un día un O llamado Tin,
le preguntó "clono tonn somi toy" que en español significa "¿Debo casarme
con mi mujer, oh gran sabio, teniendo en cuenta los cambios que se producen
en mí al ver otras mujeres caminar cerca o lejos mío?" el sabio lo miró
fijamente y así quedo por días, los días pasaron y no habló una palabra, no
comía, sólo tomaba agua y a veces un poco de vino cuando salía los sábados,
pero no hablaba. Un día se encontraba en la mesa sentado junto a sus hijos y
uno de ellos le preguntó "¿Tengo que lavarme las manos para poder comer o la
perspectiva de una cena sirve para que me las lave?" el viejo sabio lo miró
detenidamente y le dijo "cásate y sigue por ahí mirando mujeres, que no le
haces daño a nadie, pero si algún día se te ocurre estar con otra mujer
procura no ir corriendo a contarle a tu mujer", y siguió hablando del
matrimonio y los inconveniente que trae vivir en una tribu donde las mujeres
van con los pechos al aire, para esta altura el hijo, que ya conocía a su
padre salió corriendo a buscar a Tin para que escuchara lo que su padre
tenía para decirle, no lo encontró, no estaba en su casa, raro en un hombre
casado, su mujer no sabía dónde mierda estaba.
El sabio se llamaba Domo, que significa "Ser Sabio que Todas las Respuestas
Conoce pero que Tarda en Soltarlas para el Goce de Todos". Domo nació de un
padre que conocía también todas las respuestas, menos una, y de una madre
que conocía todas las preguntas. Creció en la vieja aldea, antes de la
separación de la tribu, antes de la sequía, y mucho antes del Gran Salto.
Domo tuvo su primera idea, su primera respuesta una tarde de invierno
mientras miraba como su madre hacía preguntas a la gente, ella les preguntó
"¿Cómo es posible?", el pequeño sabio la miró, se acercó y dijo "sólo es
posible porque tú te lo planteas, desde el momento en el que lo piensas se
hace posible, sólo basta tu imaginación², la madre lo miró y le propinó una
golpiza. Cuentan los "Aldeanos que Saben qué Hacer Cuando Alguien se Cae o
se Siente Mal", comúnmente conocidos como médicos, que esa golpiza le
retrasó las ideas. De ahí en más, dependiendo de la complejidad de la idea,
era el retraso entre pregunta y respuesta, lo normal era entre uno y 10 días,
salvo aquella pregunta o problema que para su padre no tuvo respuesta ni
solución. Un día al morir su padre decidió responder la gran pregunta, "¿Por
qué son así las mujeres?", Domo se fue a la selva, buscó un claro y se
sentó, y empezó a pensar, a tratar de descifrarlas. Pasaron los días y los
años, 5 años. Un día mientras su madre agonizaba apareció por la puerta,
todos sabían que la respuesta sería dada sólo a su madre, ella se encargaría
(post mortem) de dársela a su padre. Entonces Domo miró a todos y dijo ³Colo
Clono", la gente se puso como loca, le gritaron "Domo Cagador!!!", "Domo
vago, cino años al pedo!" y así, luego lo cagaron a trompadas. Con el tiempo la
gente volvió a respetarlo y todo quedó en el pasado, ahora muy en el
pasado.
Un día no aguanté la duda y le pregunte a Gastown que quería decir "Colo
Clono", me miró y dijo "No tengo Idea".
2. JORDO
14 de febrero de 1956
Ese día comenzó todo, Jordo Onro que se encontraba en una de las 4 siestas que toman los O, cuando fue despertado por el rugir de un temible toconótilo, quien mirándolo a los ojos le dijo “buenas tardes mi querido aperitivo” (en realidad el animal no hablaba pero hubiese sido algo muy loco de ver y de escuchar). Fue un segundo, fue un instante de lucidez que le permitió a Jordo escapar de las terribles fauces de este animal que no hablaba pero que de haberlo hecho lo hubiese insultado de tal manera que toda la aldea hubiese huido hacia la civilización (usted haría lo mismo si su almuerzo sale corriendo). Su pequeña y monótona vida paso en frente de sus ojos mientras decidía que rumbo tomar, sin remedio pero con alivio se deshacía de su pasado, fútil existencia, exquisita paz, para lanzarse a vivir nuevas aventuras, es decir, el animal se encontraba en dirección a la aldea y no quedó otra que salir corriendo hacia la civilización.
“Pobre Jordo” pensara su hijo, 30 años después al imaginarse el sufrimiento de su padre al dejar a su mujer y a sus otros hijos.
Jordo no vacilo un segundo, salió corriendo saltando troncos que no estaban en su camino, esquivando alimañas que solo se encontraban en su imaginación, sosteniendo una carrera contra el tiempo, carrera que ya había sido ganada por un primo lejano, y así corrió los 40 km. que separan a la aldea de los O de la civilización. Al llegar a su destino incierto, las personas que se encontraban a la salida de la selva, personas que, ya habituadas a las “escapadas” de los hombres O, vivían de este comercio que crecía a medida que aumentaba la tasa de natalidad de la aldea O, el poder adquisitivo de estos pequeños empresarios de la calle dependía de la voluntad de los O para atravesar la selva, voluntad que los hombres civilizados nunca tuvieron, ya que se decía que la selva revelaba los miedos más terribles escondidos en una persona, era eso o que los hombres simplemente no tenían ganas de cruzar 40 km. de selva, y así estaban bien ¿Por que molestarse?
El primero en interceptar a Jordo fue el Constructor Balbas, le “ofreció” trabajo como “Encargado General en el Área de la Disposición de Ladrillos de Una Forma u Otra”. Jordo no sabía el idioma pero entendió y aceptó el ofrecimiento ya que Balbas tenía en sus manos un ladrillo y una pala y una sonrisa en la cara.
Como todo O sabía mucho acerca de ese trabajo legendario y acepto subiendo a su camión. En su aldea era “Gerente en el Buen Desempeño y Traslado de Objetos Duros Grises de un Lugar a Otro Donde se Construye una Presa” o como comúnmente se conoce en la aldea de los O un Oton. Y así fue como Jordo consiguió su primer trabajo, rápido y de pedo, la fortuna estaba de su lado.
Ese día comenzó todo, Jordo Onro que se encontraba en una de las 4 siestas que toman los O, cuando fue despertado por el rugir de un temible toconótilo, quien mirándolo a los ojos le dijo “buenas tardes mi querido aperitivo” (en realidad el animal no hablaba pero hubiese sido algo muy loco de ver y de escuchar). Fue un segundo, fue un instante de lucidez que le permitió a Jordo escapar de las terribles fauces de este animal que no hablaba pero que de haberlo hecho lo hubiese insultado de tal manera que toda la aldea hubiese huido hacia la civilización (usted haría lo mismo si su almuerzo sale corriendo). Su pequeña y monótona vida paso en frente de sus ojos mientras decidía que rumbo tomar, sin remedio pero con alivio se deshacía de su pasado, fútil existencia, exquisita paz, para lanzarse a vivir nuevas aventuras, es decir, el animal se encontraba en dirección a la aldea y no quedó otra que salir corriendo hacia la civilización.
“Pobre Jordo” pensara su hijo, 30 años después al imaginarse el sufrimiento de su padre al dejar a su mujer y a sus otros hijos.
Jordo no vacilo un segundo, salió corriendo saltando troncos que no estaban en su camino, esquivando alimañas que solo se encontraban en su imaginación, sosteniendo una carrera contra el tiempo, carrera que ya había sido ganada por un primo lejano, y así corrió los 40 km. que separan a la aldea de los O de la civilización. Al llegar a su destino incierto, las personas que se encontraban a la salida de la selva, personas que, ya habituadas a las “escapadas” de los hombres O, vivían de este comercio que crecía a medida que aumentaba la tasa de natalidad de la aldea O, el poder adquisitivo de estos pequeños empresarios de la calle dependía de la voluntad de los O para atravesar la selva, voluntad que los hombres civilizados nunca tuvieron, ya que se decía que la selva revelaba los miedos más terribles escondidos en una persona, era eso o que los hombres simplemente no tenían ganas de cruzar 40 km. de selva, y así estaban bien ¿Por que molestarse?
El primero en interceptar a Jordo fue el Constructor Balbas, le “ofreció” trabajo como “Encargado General en el Área de la Disposición de Ladrillos de Una Forma u Otra”. Jordo no sabía el idioma pero entendió y aceptó el ofrecimiento ya que Balbas tenía en sus manos un ladrillo y una pala y una sonrisa en la cara.
Como todo O sabía mucho acerca de ese trabajo legendario y acepto subiendo a su camión. En su aldea era “Gerente en el Buen Desempeño y Traslado de Objetos Duros Grises de un Lugar a Otro Donde se Construye una Presa” o como comúnmente se conoce en la aldea de los O un Oton. Y así fue como Jordo consiguió su primer trabajo, rápido y de pedo, la fortuna estaba de su lado.
1. Una introducción a mis viajes
Un día Gastown, me contó la historia de una tierra donde el sol se pone dos veces por día, y la luna permanece en el mismo lugar 340 días al año, un lugar donde los animales conviven en la misma choza que sus dueños ayudando en las tareas domésticas, tanto en el lavado de platos como en la confección de prendas festivas, una región del planeta perdida, un lugar donde los hombres hablan solo utilizando las vocales “i”, “o” y las mujeres solo utilizan las vocales “a”, “e”. Un lugar paradisíaco donde lo imposible es posible y donde lo posible aparece distorsionado ya sea por el uso de drogas o por mera falta de interés por parte de los O.
Gastown me contó cómo comenzó la historia de su familia, como su padre llegó a la civilización. Como logró vencer la adversidad y de cómo su padre después de tantos años de sacrificios logró conseguir que alguien le entienda alguna palabra. Hete aquí la importancia de Gastown como traductor y como profesor de este entretenido y simple idioma. Es a él a quien debo agradecer ahora ya que sin él estas historias serían solo un montón de grabaciones y de videos sin sentido.
Esta es, así como la leen la historia.
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